domingo, 10 de julio de 2016

Jugar contigo: a dos manos.


De nuevo el juego de entenderte, de entender tu odio, de esperar tu risa, de confiar tu amor.

Juego a entenderte y a saber lo que para ti es bueno, sin habértelo preguntado, sin poder hacértelo saber.

Y creo entender lo que quieres y quiero esconderlo entre lo que quiero yo.

Poner una coma a tu autonomía, un respiro a mi autoridad que no es mía, que también en coma se ha devorado.

Yo quiero jugar a otro juego, este es aburrido, este es cansado. Yo también odio este juego.

Quiero jugar a contarte, quiero a jugar a que entiendas tú, a que elijas tú y escondamos lo que yo quiero, si es que quieres entre lo que quieres tú.

Me han invitado a jugar contigo, y no eras tú. Te he invitado a llorar conmigo, y no era yo.

Y si alguien ha enseñado aquí he sido yo. He enseñado que para jugar tiene que ser como yo quiero, como yo diga. Que puede ser divertido, pero que siempre será mío.

Y creo haberte enseñado que yo no odio, aunque me canse, y que si me enfado es solo conmigo.

Y si alguien ha aprendido aquí he sido yo. He aprendido que no se puede enseñar un pedazo, que se rompen los trozos. Que solo aprenderás como tú quieras, como tú digas. He aprendido que en el juego también creo el odio, también se escondió el amor, pero eso no lo hablamos, eso no importó.


He aprendido que juego a entender, pero es solo un juego. Que yo tendré el poder, pero tú tienes mi respeto y que si te enfadas es solo que nos has descubierto. 

O

No hay comentarios:

Publicar un comentario