domingo, 23 de agosto de 2015

Nudity in NY. Met Sketches.

La humanidad en carne y hueso, “in the flesh”, casi un boceto, como solo la podemos pensar.

La humanidad conceptual, saliendo de un cuerpo que se derrama, en la línea del siguiente, escondiéndose entre este y la seda, disfrazada y cultural.

Como dos cuerpos que se amaban en el espacio y al juntarse a un ritmo hacen el amor, y trascienden la entelequia y el tiempo y lo humano construyendo aquello que no les era ajeno, pero que no era tangible, sabiendo que no se deconstruye después, aunque pueda volverse a reconstruir.

Una humanidad que se desborda y excede los límites de lo humano, trascendiendo al tiempo, ingenua de lo divino, de lo que tan poco nos queda, que nos asusta encontrarlo por sorpresa, en un mano a mano con el origen, con el espíritu.


Una humanidad que se ve pasar, de sala en sala, de brazo en mármol a ojo en teca. Pero una humanidad que no pasa, que no te llevas, una que acompaña, y sobre todo se queda. 

Oph

NY, NY. W/a/ndering.



Partir hacia un monstruo de más de 8 millones de cabezas, un monstruo que no parece tener corazón pero si mucha hambre. Eso dicen todos, y eso responden las cabezas, las primeras: extranjeras, fruto del miedo.

Partir, dejando todas las armas, partir sin saber volver.
Cabría esperar que al aire los pensamientos fueran más ligeros, como si se viajara a la luna, como si se llegara hasta Marte. Pero yo no me llego, y tú no te vienes. Acá un desconocido hojea una guía de viajes, allá otro dormita y yo si entierro los ojos, es solo para esconderlos, para que el monstruo no me pille mirándolo. Hay quien hasta se pone gafas de sol, hasta quien lleva un libro del revés.

Hoy que no estabas he mirado al monstruo cuando pestañeaba, en turnos tímidos, y allí te he visto en caras que no eran la tuya y me he visto en ojos cuyo fondo no era negro, en hombres llorando en coches, o en mendigos gritando en las calles. Hoy te he visto cenando, bajo la lluvia del aire acondicionado.

No hay estrellas aquí, el monstruo de las ha comido, pero las sirenas también brillan y de esas tiene muchas. También hay nubes y en ocasiones cielo.


En unas horas he estado tan sola que tendría que volver a aprender a hablar.