viernes, 21 de enero de 2022

Verde

 En mi mano se abren paso tus rizos salvajes,

castaños como los corzos que brincan y hacen cabriolas en los bosques,

dorados y plata como hilos de cobre que a penas distingo de la belleza de tus neuronas.


Si la luz te baña yo me sumerjo en la idea, o en la playa,

si suspiras dormido me transportas al mar.


Y si de este sueño que es tenerte, aunque sea por un instante, para mí

te despierta un canto de sirena

o un rugido de vapor:

amaneces y en la claridad de tus ojos,

de nuevo sale el sol.