martes, 5 de julio de 2016

Escenarios.

Feliz día de la independencia. 

Hoy tal vez se me quisieron apropiar, con miradas, con palabras. 
Me recorté aquello que estaba sucio y sin mancilla alguna resurgí. 
No, olvídenlo, no era yo esa, yo era tan solo un recorte.

1        La ilusión de los cuerpos.

El orgullo es más parte del cuerpo mismo que los brazos,
en enfado es más difícil de arrancar de cuajo que las piernas,
hasta las tijeras sin afilar son más útiles para los pelos que para las penas.

Sí, al final puede que los cuerpos sean solo un problema tecnológico
construidos a falta de la herramienta apropiada,
a golpe de un martillo:
Malditas las manos,
dichosos los pies,
quien las devolviera al suelo
¡cuidado!, esas se pueden caer.

2        Fisicidades

Emerge el cuerpo en nuestra torpeza,
y solo al ser concebido existe,
puritos átomos,
entelequia física.

El ánima fue siempre el objeto animado,
el sujeto solo un objeto que conoce,
el control fue siempre dialéctico
y en este escenario es donde únicamente existe lo invisible.
Y cuando no lo encuentras
te devora las tripas y te las saca por el recto,
y así claro,
cualquiera le duda,
todo fragante,
todo.

       Otredad

La otredad se define de la negación,
el otro es únicamente el no yo,
pero no puede ser otra cosa.

La otredad emerge en la frontera
es el imposible que abrazamos
el consuelo que nos arranca del vacío
y nos dibuja
y nos convierte también en imposibles,
es un yo mal entendido,
un yo tan misterioso que no dudamos su existencia.

       Identidad

Del acuerdo compartido
se dice es múltiple y pública
social y definitoria.
Se dice que aquello que coexiste en el yo:
alude un uno,
esboza un otro
y lo emborrona
y vuelve a empezar.

Y mientras la tinta se cuela en el poro
y la lluvia incrusta la piel
y se corren las cortinas
y aplauden tan solo los perros.

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