domingo, 9 de octubre de 2016

El viejo profesor: Madrar.

Pulsas y pulsas
extranjero en mi sexo
y yo te reconozco 
y me enseñas
y yo te entiendo.

Buscas y buscas
y en el vientre
y en el pecho
y yo no temo, pero tenso
y me levantas la ropa
y desvelas la biologia eterna,
y el deseo a gritos
y la carne prohibida,
tan callada, tan vibrante.

Besas y besas
y cierras la herida
y se abre la veda
y solo si recuerdo lo aprendido
tal vez,
y solo tal vez:

la vida

h.

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