miércoles, 6 de febrero de 2019

Alarmas


Tus sábanas arrugan mi tiempo
igual que se arruga tu frente cada mañana:
Lo achican, lo esconden, entre sus pliegues
y uno a uno lo vamos desdoblando encontrando y guardando con cuidado,
que no se rompa, que no se afee, que no se olvide.

En tu cama cantan las palomas,
en el techo abohardillado y las vigas vistas ellas tampoco descansan en la mañana
pero allí, no me dan miedo.
Porque se cuelan la luz y el cante a partes iguales entre tus brazos,
y aun despierta espero que todavía no suene la alarma.

Siempre lo hace, tecnología de calidad, supongo,
estamos perdiendo las buenas costumbres y los relojes ya no llevan pila
y ya no nos queda esperanza, de que tal vez no suene,
de que tal vez se pierda:

ese tiempo que sabe a poco,
arrugado entre tus sábanas.


Oph

julio, 2019

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