jueves, 28 de diciembre de 2017

A

Del anticiclón aprendí a esperar 
y bebí gotas de rocío,
Aprendí disfrutar del sol, 
añoré la lluvia.

Del anticiclón aprendí a vivir sin palabras,
dejé de gritar
pero provoqué la borrasca,
pero esperé el trueno.

Aprendí que las hojas caen a destiempo,
siempre tarde,
brotan lejos,

Y que la luz también moja
también cala.
Y que la lluvia reverbera 
también calienta.


Y entendí que de lo más simple,
se puede aprender lo más complejo.


Y olvidé. 

h

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