Tirita la ciudad bajo su
abrigo blanco,
bajo un abrigo frío y un
miedo sin pisar.
De él solo emergen las
ramas
desnuda y quebradiza de
los árboles,
ni las ardillas pueden
esconderse
pero ella nunca duerme.
Shoveling, shoveling.
Y ella aún despierta,
aun azota.
aun acalla.
y no enseña, sino que
entumece.
Shoveling, shoveling.
Hay una niña con seis
caras que no sabe jugar,
como una rama,
que nadie la enseña
y ella solo la moja y la
escarcha
y la niña no se enfada,
que no sabe
y no se duerme:
fascina, fascina,
y sus deditos morados
y su sonrisa fría.
Shoveling, shoveling.
Trabajan en las calles
sin pausa,
que así no pueden verse
el ombligo,
que el frío no la deja
pensar
¡la capital del mundo!
¡el mundo del (capita)l/n!
Shoveling, shoveling.
Oph.
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