Podría escribir sobre la
experiencia de ser mujer si supiera lo que es tal cosa,
podría escribir sobre ser
niña, si lo recordara.
Pero así me nací, sin
genitales
ni ojos para mirarlos.
Y me los dieron,
en una caja negra, de
cartón
y no sé ponérmelos.
No me encajan en las
costuras
se me astillan los huesos
en culturas,
en conceptos.
¿Y los ojos?
Esos se los guardaron
en pliegues sudorosos,
enraizadas
de pestañas.
Demoníaca y hambrienta,
que aun cuando estaba entera parecía faltarme un pedazo.
Desterrada antes de nacer,
(b/v)anished
para buscarme a tientas
en el barro
y encontrarme entre
gusanos
y restos.
Pero esculpida,
modelada para el placer ajeno,
para el propio disgusto.
¡Pasen y vean!
Se ruega no tocar,
que se rompe,
nada que no vayan a
comprar.
- No, no se preocupe por el
precio.
Al peso, sí.
Poco más de una libra.
- Y a esto ¿cómo dice que
lo llaman?
- Mujer, mujer le dicen.
Oph.
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