No te preocupes si no existen las montañas, que las inventamos en esas copas de árbol seco,
que
no quiebran las ramas ilusiones
y
en los semáforos los colores de las hojas nos sacan a pasear.
Cuentan
las leyendas que de este lado del océano los pájaros vuelan sin aletear,
y los
miedos se ahogaron tratando de llegar:
cuentan
que aquí las orcas son ballenas
y
que se puede respirar bajo el mar.
Frunce
los ojos, cielo
y mira
como allá lejos nos arropa el viento invernal
que
de arena se hacen las aceras
y
al asfalto podemos ir a nadar
mira
que también atardecen las farolas
y que el horizonte puede ser de metal
achina,
achina… casi hasta cerrar
que
del otro lado diviso tierra
Salvados, capitán
Y
ahora sueña con leyendas de ultramar,
que
no es verdad que no amanezca más temprano
por
mucho madrugar.
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