A mi monstruo del armario:
que me muestra irracional,
que me avergüenza con su miedo
que me avergüenza con su miedo
sal de ahí, que aún así te veo,
sal de ahí que aún así te quiero.
A mi monstruo de debajo de la cama:
que me salpica de lágrimas y sal,
que se esconde entre la suciedad,
ven aquí, que te quiero abrazar,
ven aquí, que me quiero sanar.
A mi monstruo: escondido, yermo, sucio, sin dientes ni sonrisa.
No tengas miedo de mi, que yo no quiero tenerlo de ti.
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