Cuando se me
acaba la risa propia me nace un dolor,
A veces ajeno en
vez de encarnado
Y despunta una
lágrima viva,
Una sonrisa
muerta.
Ruedo entonces,
Ladera abajo
Y me miras
cubierta de briznas
Bañada de sol
Se reflejan tus
ojos en mi mar
Y entonces nos reímos
hasta del océano
Del otro lado
Y volvemos a
embarcar
h.
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