Bestia indomable que amenaza con la muerte,
un rugido arduo,
una mandíbula batiente,
Y la carne intacta
y la barriga llena
Encontrarlo al final de cada tiempo.
Poseerlo, domarlo, hacerlo mío:
Contarle mis secretos al zorro,
cortar la flor,
clavarme las espinas.
Y que la sangre despierte a la bestia
y que comience de nuevo el ciclo.