“A veces hay
tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto y que mi corazón se
está derrumbando”
American Beauty.
La belleza de nuestros actos es infinita, no siempre lo es
tanto la bondad de los mismos. No existe más justificación para nuestra acción
que la nosotros podamos darle, y no será la del otro más que una interpretación
alienada… es por ello, que nunca pueden reconocerse como tal los verdaderos
héroes, aquellos que de su obra ningún beneficio sacan, y es que de serlo es
una ofensa, una decepción de que todo lo que de la humanidad esperaste y en ti
mismo elicitaste es una burda mentira, una sutil farsa, una impertérrita
motivación que de poder ser cierta acabaría, y más perdidos y tristes nos
encontraríamos entonces.
Es ahí donde radica la devastadora belleza de nuestros
actos, en cada mirada caida, en cada avergonzado arrepentimiento, en cada nueva
promesa a uno mismo de ser mejores, aun cuando sabemos que no es aquello ni por
asomo plausible, no en nosotros al menos y por ello confiamos en aquellos que
otros han llamado héroes, y es que por todo esto no somos menos bondadosos,
simplemente más bellos.
“Nada más fácil que
censurar al malhechor, nada más difícil que comprenderlo”
Dostoievsky.
Oph**